En agosto he estado estudiando para los exámenes y no he podido leer todo lo que me hubiera gustado, pero sí que leí algo porque soy incapaz de no hacerlo. Estas historias me han ayudado a desconectar de la lingüística inglesa y a pasar un buen rato en la mayoría de los casos. ¿Conocéis alguno?
Ginelle, el clan de Mallaig de Diane Lacombe: este libro me lo compraron mis padres en la feria del libro porque me había llamado muchísimo la atención. Entre la portada, que es una preciosidad, y que sucede en Escocia, me tenía completamente enamorada. Lo malo es que al leerla me desencanté completamente. Nos cuenta la historia de Gunelle, una noble que se casa por matrimonio concertado, y que va a parar a un castillo escocés sin tener ni idea de gaélico. La historia sucede en la Edad Media, algo que a primeras me pareció muy interesante porque no he leído nada ambientado en esta época. La historia podría haber estado bien, tenía todos los elementos para lograr gustarme: enemies to lovers, intrigas castelares, un montón de escoceses... Pero me ha acabado pareciendo aburrida. La relación amorosa podría haber resultado entretenida, pero pasa de todo acaba en una pastelada cursísima que acaba cansando. Las intrigas se alargan demasiado y creo que sobra una gran parte del libro, o al menos menos vueltas a la misma historia. Una pena porque pensé que me encantaría.
Piso para dos de Beth O'Leary: esta es una novela que me ha sorprendido muchísimo. No esperaba nada de ella y me la cogí simplemente porque la portada me parece que está muy bien diseñada. Empecé a leerla y no os miento si os digo que la devoré en muy pocos días. No es la típica historia romántica, o tal vez sí pero con unos ingredientes bastante especiales. Todo comienza cuando Tiffy tiene que mudarse y no encuentra ningún sitio decente, un día lee un anuncio de un chico que alquila su piso por la noche y ella decide irse a vivir ahí. Después de todo es eso o vivir debajo de un puente. O'Leary aprovecha esta novela tan interesante para hablar de temas tan importantes como el maltrato o la presunción de inocencia, además de para hablar de amor, de la familia, del trabajo... Es una historia preciosa que ha conseguido enamorarme del todo. Creo que la historia tiene su justa medida de cada cosa y tiene unos personajes únicos que parecen reales. Repetiré con esta escritora porque creo que merece la pena, no sé qué tal será en inglés pero la traducción me ha parecido muy buena y fluida. Cuando acabé el libro me entraron ganas de hacer todas las manualidades posibles y es que la protagonista es una editora un poco especial. ¡Ya lo descubriréis!
Nueve cuentos malvados de Margaret Atwood: cuando lees una colección de relatos, no todos te acaban gustando y esta ha sido una de las pocas veces que no me ha pasado eso. Cuando creía que una historia iba a ser aburridísima, llegaba de repente un giro espectacular que la volvía tremendamente interesante. Atwood es una maestra de la literatura y eso creo que es algo indiscutible. Sabe manejar el lenguaje como nadie y tiene una imaginación desbordante, consigue convertir las cosas ordinarias en extraordinarias y da con el giro de tuerca adecuado siempre que se requiere. Cada relato me parecía más fascinante que el anterior y me gusta que tres de ellos estuvieran unidos por un hilo, aunque fueran independientes. No os puedo contar mucho de los relatos porque os los estropearía, pero leedlos y disfrutadlos. Este mes saca la segunda parte del cuento de la criada y tengo unas ganas ya de leerlo...
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