Rachel se va de viaje

16/10/15



Rachel es una entusiasta consumidora de drogas «recreativas». Según ella, no por adicción sino por pasatiempo. Al fin y al cabo, hoy día, ¿quién no toma de vez en cuando un ácido, una raya o unas pocas pastillas? ¿Qué mejor para olvidar las tensiones del trabajo y disfrutar un rato de la vida? Pero, en una de ésas, se le va la mano, y tras una noche de excesos se atiborra de tranquilizantes para dormir a pierna suelta y empezar fresca una nueva jornada laboral. Para su sorpresa, a la mañana siguiente no despierta en su habitación sino en la cama de un hospital, después de un lavado de estómago y a punto para ingresar una temporada en una peculiar clínica de rehabilitación.


Cada vez que os hablo de Marian Keyes digo lo mismo: me gusta que escriba sobre cosas tan reales. Sí, lo hace de una forma única y maravillosa. Esta vez nos habla de la adicción a las drogas y supongo que lo ha sabido hacer tan tan TAN real por su alcoholismo, ya que sabe lo que es pasar por el trago por el que pasa Rachel.

Rachel es una de las hermanas Walsh y vive en Nueva York. Es drogadicta, aunque ella no lo admite, y deciden mandarla a un centro de rehabilitación en Irlanda cuando tras tomarse unos somníferos para intentar dormir, pasándose con la dosis (se toma tantas cosas que para que le haga efecto debe tomarse un montón), acaba en el hospital. Creen que ha tratado de suicidarse. Le hacen un lavado de estómago y su hermana Maggie va a buscarla para llevarla de regreso a Irlanda. Cuando la meten en la clínica, Rachel lo ve como unas vacaciones pero no son nada de eso. Allí tendrá que hacer frente a todos sus demonios, siendo algunos sus complejos. Además, también conocerá a un montón de personas que están ahí por ciertas adicciones, como por la comida, el juego, el alcohol...

Es un libro duro, no os lo voy a negar, pero Keyes aliviará la tensión con su maravilloso humor, algo que se agradece porque de verdad os digo que esta mujer no tiene pelos en la lengua para ciertos temas. Rachel es un personaje un tanto especial y  muy muy superficial, con una capacidad para mentir extraordinaria y con un ex novio que es un amor pero que no sabe apreciar. Rachel es la menos algo de la familia. Es la menos lista, la menos buena y la menos guapa. Es la hermana mediana y, como siempre se suele decir, la del medio siempre suele ser la más normalita.

Como Keyes ha vivido en cierta forma esto, no cae en los típicos tópicos sobre la adicción, algo que se agradece. Como he dicho, tampoco se corta al hablarnos de ciertos temas y al presentarnos a ciertos personajes. Como también he dicho, es duro y se lo recomiendo a personas con cierta sensibilidad porque no es un libro para leérselo a la ligera.

A lo largo de la novela iremos viendo al antes y el durante de la vida de Rachel. Rememorará alguna de sus juergas, momento de sus relación con Luke (cómo y cuando le conoció, cómo empezaron a relacionarse), y su relación con su mejor amiga y compañera de piso. Veremos cómo  ha afectado su afición por las drogas en esos momentos y nos daremos cuenta de lo duro que es.Además, también iremos viendo la fase de negación, ira y aceptación que irá viviendo Rachel al darse cuenta poco a poco del problema que tiene.

Marian Keyes ha hecho una gran novela sobre la vida de Rachel, metiéndose en un tema muy delicado y sabiéndolo llevar de una forma maravillosa. Desde luego es una novela que merece muchísimo leer. La recomiendo al 100%.

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