La villa de las telas
Augsburgo, 1913. La joven Marie entra a trabajar en la cocina de la impresionante villa de los Melzer, una rica familia dedicada a la industria textil. Mientras Marie, una pobre chica proveniente de un orfanato, lucha por abrirse paso entre los criados, los Melzer esperan con ansia el comienzo de la nueva temporada invernal de baile, momento en el que se presentara en sociedad la bella Katharina. Solo Paul, el heredero, permanece ajeno al bullicio, pues prefiere su vida de estudiante en Munich. Hasta que conoce a Marie...
La villa de las telas es la primera novela de esta trilogía escrita por Anne Jacobs. En ella nos presenta a los personajes, dotándoles de personalidades distintas y de sus propias metas y ambiciones, y la villa de las telas, un lugar que nunca terminas de descubrir.
Esta primera entrega está llena de misterio, pues durante toda la novela nos preguntaremos qué secreto esconden los Melzer, llenando nuestras cabezas de teorías y de cada vez más preguntas. ¿De dónde viene Marie? ¿Por qué el señor Melzer no puede ni verla? ¿Qué esconde? Aunque hasta casi el final del libro no sepamos lo que realmente ocurre, poco a poco iremos despejando nuestras dudas de la mano de Marie y Paul.
Pero la historia no solo se centra en la joven criada, sino que también iremos conociendo a los distintos habitantes de la villa. Por supuesto, veremos la vida del resto del servicio que no es en absoluto aburrida, pero también la de los habitantes de la casa. Conoceremos a las hijas, Katharina y Elizabeth, al señor y la señora Melzer, a Paul... y veremos sus escándalos, sus deseos y sus aspiraciones.
En general esta primera entrega me ha gustado y considero que es bastante entretenida, sobre todo si te gustan las novelas de principios del siglo XX y las intrigas de la clase alta. Pero advierto que el 80% de los personajes de la obra son desagradables y egoístas, algo que a mí no me impide disfrutar de la lectura pues creo que es la gracia del libro, pero que nunca está de más señalar.
La novela sucede en Alemania, un lugar que no suelo visitar con frecuencia en novelas de este tipo y es un detalle que me ha gustado mucho. La ambientación está muy bien y creo que nos mete de lleno en la época, haciéndonos disfrutar de algo distinto y fresco.
El final, por cierto, queda bastante cerrado por lo que podrías no continuar la saga si prefieres quedarte ahí y seguir con otros libros, pues todo termina atado y aclarado.
Las hijas de las villas de las telas
Augsburgo, 1916. La mansión de la familia Melzer pasa a ser, por necesidad, un hospital militar. Las hijas de la casa, ayudadas por el servicio, se convierten en enfermeras que curan, cuidan y escuchan a los heridos en combate. Entretanto, Marie, la joven esposa de Paul Melzer, se hace cargo de la fábrica de telas en ausencia de su marido. Sin embargo, recibe una terrible noticia: su cuñado ha caído en el frente y Paul es ahora un prisionero de guerra. Marie se niega a que las circunstancias la venzan y lucha con todas sus fuerzas por preservar el patrimonio familiar. Pero, mientras no pierde la esperanza de volver a ver a Paul con vida y se deja la piel en la fábrica, el elegante Ernst von Klippstein aparece en la puerta de la mansión, empeñado en no perder de vista a la joven y bella mujer que tiene entre sus capaces manos el destino de la familia Melzer.
La segunda novela de la trilogía de La villa de las telas sucede un tiempo después de lo ocurrido en la primera, con dos de las mujeres jóvenes embarazadas y una guerra inminente, tal y como dice la sinopsis. Si en la primera entrega lo importante era el misterio de la villa y de Marie, en esta segunda lo que lo mueve todo es la primera guerra mundial en la que, como sabréis, Alemania no salió muy bien parada.
En esta novela conoceremos aún más los personajes de la primera novela, pues los secundarios ganarán protagonismo y podremos saber más de sus vidas, de lo que ocurre fuera de las horas del servicio (y dentro). Además, conoceremos a Hannah, una niña que apareció en la primera novela y que en esta se moverá directa al ojo del narrador, sorprendiéndonos a todos con ciertos acontecimientos. También seguiremos a uno de lo criados a la guerra, algo que nos vale para ver lo dura y difícil que fue. Nos enseñará, sobre todo, que no todo el mundo está hecho para las batallas.
En Las hijas de las villas de las telas seremos testigos de abortos naturales y buscados, de infidelidades, de amantes escondidos y de las consecuencias de la guerra, que dejará a una sociedad en la más absoluta miseria. Nos veremos impotentes, al igual que la familia Melzer, al no poder ayudarles ni darles comida a los que se mueren de hambre. Veremos a gente caer en el alcohol y la prostitución por la desesperación. Y también veremos cómo Marie lucha por mejorar la fábrica para que no caiga junto al resto de comercios locales.
Aunque la parte más interesante para mí ha sido el hospital, donde se nos introducirán nuevos personajes y tramas interesantes como el trabajo de las mujeres, los estudios y los heridos por la guerra. Desde luego ha sido de las partes que más he disfrutado y que ha causado uno de los mayores conflictos en la novela. ¿Quién iba a pensar que un hospital en una mansión daría a sus habitantes femeninos más libertad?
Y por supuesto, también exploraremos la nueva relación de Marie con sus suegros (a quienes llama mamá y papá, algo que me chirría) y la de sus cuñadas con sus maridos y familias políticas. ¿Seguirán siendo caprichosas y egoístas? Tendréis que leerlo para descubrirlo.
Las hijas de las villas de las telas es una novela que explora los personajes femeninos y las consecuencias de una guerra mundial que dejó un montón de heridas y que acabó desencadenando una segunda, aún más cruenta. Os la recomiendo si os gusta este tipo de historias y os interesa la primera guerra mundial, aunque advierto de que en algunas partes la novela se me ha hecho algo más larga que la primera.
¿Qué nos deparará la tercera entrega?
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