Cuando era una adolescente oí hablar de Virginia Woolf, tampoco os creáis que muy profundamente, y recuerdo que cuando se la mencionaban solo era para destacar que estaba loca y que se suicidó. Lo decían de tal forma que se veía que la finalidad era desprestigiarla como escritora, como si esas dos cosas hicieran que no supiera hacer lo que tanto amaba: escribir. Y no, no lo hacen. Virginia Woolf es una de las grandes escritoras de nuestra historia y ese mérito no hay que tratar de quitárselo con nada porque le costó muchísimo trabajo.
Hace unos meses decidí leerla por pura casualidad. Fui a una biblioteca, me topé con Horas en la biblioteca —qué mejor lugar en el que encontrarme este libro— y me lo llevé a casa. A ver, tengo que señalar antes de seguir que a mí la vida de los artistas me suele dar bastante igual —a no ser que sean maltratadores o violadores— así que todo lo que me habían contado de ella lo tenía borrado de mi cabeza. Para mí no era la mujer que se había suicidado. Para mí, Virginia Woolf era simplemente ella y cuando acabé aquel ensayo decidí que quería leer el resto de sus libros. Algo que estoy haciendo. Pero hoy no vengo a hablaros de sus obras, pues es algo que haré el resto de meses del año, si no que vengo a hablaros de ella.
Virginia Woolf nació en Londres en 1882 como Adeline Virginia Stephe, hija de un crítico e historiador inglés y de una modelo prerrafaelita india, creciendo en un ambiente intelectual. Su familia pertenecía a la clase media-alta, algo que suele condicionarla en cuanto a su visión del mundo. En 1895, su madre murió y Virginia empezó a sufrir depresión, algo que le acompañaría toda su vida. Cuando murió su padre en 1905 —al parecer Virginia intentó suicidarse por primera vez al pasar aquello— se fue a vivir con su hermana Vanessa —pintora e interiorista— y sus dos hermanos al barrio de Bloomsbury, formando junto a un grupo de amigos el grupo de Bloomsbury. Empezó a escribir críticas literarias en el periódigo The Guardian, además llevaba desde hacía tiempo escribiendo sus famosos diarios, hizo críticas también para el The Times Literary Supplement y dio alguna clase de literatura e historia inglesa en el Morley College. Al año de morirse su padre, se murió uno de sus hermanos y Vanessa se casó. A los treinta y dos años se casó con Leonard Woolf, un economista y escritor, con quien tuvo un matrimonio bastante bueno —sobre todo para esa época— y moderno, en el que ambos se respetaban y querían —Leonard trataba de ayudar todo lo que podía a Virginia con su depresión. Fundaron la editorial Hogarth Press. Crítica, editora y escritora, es considerada una de las grandes renovadoras de la novela. Era bisexual y parece ser que tuvo una aventura con Vita Sackville-West, quien le llamaba la atención por su forma de vida y de ser —hay polémica con el tema porque muchos dicen que lo suyo era solo una amistad. Woolf quería llegar a los 60 y escribir sus memorias con ayuda de sus diarios, pero tras luchar casi toda una vida contra la depresión esta le ganó la partida y se suicidó tirándose a un río en 1941 a los 59 años, dejando una carta a su hermana y otra a su marido —la de su marido es súper conocida, así que si la buscáis en internet la encontraréis y lloraréis un poco.
Y tras hablar en general de su vida, vamos a hablar de ella. De la mujer que se levantaba cada día y luchaba contra ella misma para seguir viviendo. He leído uno de sus diarios —por encima, porque si fuera el mío no me gustaría nada que la gente lo anduviera leyendo— y he podido ver el lado humano de Virginia Woolf, el de la mujer que utilizaba un cuaderno para desahogarse cuando había tenido un mal día o simplemente necesitaba hablar de algo. Ella comentaba que se pasaba continuamente creando historias porque le venían a la mente sin parar y que le interesaba describir a las mujeres, mostrándolas como algo más y decía que le deprimían las personas que odian a las mujeres. También le gustaba escribir sobre la ropa pues la moda le encantaba y en el diario que he leído aprovecha de vez en cuando a describir la que llevaban algunos de sus amigos.
Decía "escribir es el placer profundo y ser leída el superficial", algo que leyéndola te das cuenta de que realmente es una frase que refleja muy bien su lado de autora. Revisar lo escrito le parecía aburrido, deprimente y arduo —esta mujer nos representa cuando corregimos nuestras cosas— y estaba muy pendiente de cuánto vendía de una novela, cuánto ganaba, lo comparaba con sus anteriores obras y critíca su propia forma de escribir, deseando hacerlo de otra manera en algunas ocasiones y elogiándose cuando sabe que lo ha hecho bien. En un momento dice "no me veo como un éxito, me gusta la sensación de esfuerzo" y es que si algo hacía Virginia era trabajar muchísimas horas cada día para hacerlo cada vez mejor, para superarse a sí misma. Su lector cero era Leonard y cuando esperaba a las críticas de los periódicos estaba súper nerviosa, aunque se hacía un poco la dura al principio. Y sufría el bloqueo del escritor cuando terminaba algunas de sus grandes obras.
Virginia apoyaba la causa sufragista aunque no se implicaba mucho en el tema, y defendía los derechos de las mujeres. Se veía como la única mujer de Inglaterra libre de escribir lo que quisiera, pues publicaba en su propia editorial y su marido no le ponía ningún impedimento, y criticaba que las escritoras tuvieran que hablar de ciertos temas o escribir ciertos artículos solo porque sus editoriales le obligaran, aunque en el fondo las entendía y sabía que no podían hacer nada. Además, Virginia no se veía como parte del "grupo" de las escritoras porque sentía que lo que hacía era diferente. En un determinado momento dice que si su padre hubiera seguido viviendo no habría podido escribir por el mundo en el que vivía entonces, pues su vida habría sido muy diferente. Y sí, menciona la charla que dio a unas futuras profesoras, diciéndolas que lo importante era que bebieran vino y que tuvieran una habitación propia.
Esta mujer también era una gran lectora y como todos nosotros tenía una pila de libros pendientes, unos por puro entretenimiento, otros para trabajo y otros para reunir material para algunos de sus libros. Además, era crítica y escribía reseñas en los periódicos —la bloguera del siglo XIX, vamos. En sus diarios nombra las obras que iba leyendo, aunque no extensamente porque ya iba a hacerlo en el periódico y le daba pereza repetirse. Woolf piensa en hacer una teoría sobre la literatura, hablando sobre la perespectiva y relacionarlo con la vida de los autores, las convenciones sociales... La narrativa inglesa le parecía la peor parte de la literatura inglesa y Henry James le gustaba pero creía que solo escribía para un tipo de personas y que sus personajes no tenían níngun tipo de pasión. ¿Anne Brontë? La mejor de su familia. ¿Mary Hutchinson? Escribía relatos malos. ¿Shakespeare? Para ella lo mejor de la literatura, superando incluso al concepto de literatura y le parecía asombroso. La señora Webb le hizo pensar acerca de cómo podía hablar de su vida, tratando de imitarla. ¿Y Byron? Para Virginia podría haber sido novelista.
También os quiero hablar de su depresión y trastorno bipolar. He leído muchas metáforas en páginas webs con tal de no decir la enfermedad que tenía, como si fuera una palabra prohibida, y muchas veces se ha utilizado esa palabra para definirla, como si ella fuera una enfermedad y no una persona. Virginia era consciente de sus depresiones e intentaba encontrar una causa pero no la hallaba, decia que era "como un niño cuando se pone triste y no sabe por qué". A los cuarenta y tres años se preguntó cuantos libros más escribiría, viendo la muerte acercarse cada vez más a ella. Hablaba de la depresión en su diario y en sus obras, creyendo que era un tema importante que debía tratarse en la literatura. El trastorno bipolar se le ha diagnosticado muchos años después de su muerte, ya que en aquella época seguro que le dirían que eran nervios y punto. En este link hablan un poco de su posible trastorno, por si os interesa.
Y por último, añadir que Virginia Woolf sufrió abusos por parte del mayor de sus hermanastros, quien le manoseaba —a saber qué mas le hacía—, provocando que odiara su cuerpo, tuviera crisis nerviosas y episodios de anorexia a lo largo de su vida. Las consecuencias de lo que le hacía su hermanastro le acompañaron toda su vida
Virginia fue una excelente crítica literaria, apasionada lectora y una escritora impresionante, que trataba de mejorar día a día para superarse a sí misma y que luchó contra su enfermedad todo lo posible. Y espero que este año descubramos juntos a esta fantástica autora que escribió más de cuarenta obras.
Fuentes: Biografías y vidas, Mural, Extranjera en mi cuerpo y Diarios 1925-1930 de Virginia Woolf.
Magnífica entrada, Loreto. Virginia siempre ha sido y será uno de los grandes referentes de la literatura inglesa. Deberías leer también "Una habitación propia", es muy, muy bueno.
ResponderEliminarPD.: Lo de que su hermanastro la manoseaban es cierto, pero incluso llegó a abusar sexualmente de ella.
Un abrazo y enhorabuena otra vez por la entrada. Espero leer más como esta :)
Hola,
ResponderEliminarSinceramente, se trata de una de las entradas publicadas para #AdoptaUnaAutora que más me ha gustado. Lo leí con especial interés, tus palabras me despertaron y me hicieron jugar con las pocas ideas que yo tenía de ella. Has realizado una presentación maravillosa, de verdad.
Seguiré leyéndote,
Diana
Hola!!
ResponderEliminarIncreíble entrada, he oído hablar mucho de esta autora, tanto de sus obras y su influencia en el feminismo, tanto por su vida, así que espero poder leer algo de ella este año. ¡saludo!
Fran, muchísimas gracias. Virginia es maravillosa, normal que sea tan importante. Tengo leído Una habitación propia desde julio jaja y es la siguiente entrada sobre esta autora. Espero que la disfrutes. Por cierto, no puse lo de que abusó sexualmente por si acaso, no tenía ninguna fuente que dijera eso explicitamente. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Diana, me alegra muchísimo que te haya gustado. Es una autora que me gusta muchísimo así que estoy intentando homenajearla como se lo merece. Mil gracias. Un abrazo enorme.
Hola De viaje con los libros, muchísimas gracias por tus palabras. La verdad es que es curioso que haya sido tan influyente en el feminismo cuando ella tampoco es que lo mencionara mucho, pero os hablaré de ello en la entrada de febrero. Ojalá la leas y disfrutes. Un abrazo.
Virginia Wolf es una de esas autoras que siempre quiero leer y al final, por un libro u otro nunca lo hago T_T
ResponderEliminarEl primer recuerdo qe tengo de leer sobre ella también va unido a que se suicidara, pero en mi caso siempre la he tenido en cuenta como a una de las grandes. Es muy triste cuando la gente no ve más allá de las enfermedades o muertes de los artistas.
Genial la entrada :) Abrazos!!
La verdad es que Virginia bWoolf es una autora imprescindible, pero sin duda lo más destacable es ese ensayo que escribió sobre el papel de la mujer y el derecho a tener una habitación propia. Un claro alegato para todo lo que hemos conseguido y que aún nos queda por conseguir. Buena elección.
ResponderEliminarKoala, muchísimas gracias :D ojalá te pongas este año a leerla porque es una maravilla su forma de escribir (y si es en inglés, mucho mejor). Y sí, es una pena cuando la gente juzga a alguien por su enfermedad y no por su arte. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Tensy. La verdad es que cuando me vino Virginia a la cabeza para este proyecto sentí qu eera la elección adecuada, y según voy conociéndola más me convenzo de ello. El ensayo de Una habitación propia fue muy importante y espero rendirle el homenaje que se merece el mes que viene. Un abrazo
Hola! Me ha encantado el post, la verdad es que yo acabo de empezar en este mundillo y tenía pensado hacer el #AdoptaunaAutora de Virginia Wolf, y tú le has dado vida de manera muy leal a su vida. Me ha gustado mucho, sigue así!
ResponderEliminarPues yo espero también ir descubriéndola contigo. Conocía un poco por alto su biografía pero tú me has dado a conocer muchos más detalles, así que gracias por ello.
ResponderEliminarSaludos
Hola chicas, muchísimas gracias. No sabes lo que me alegra oír estas cosas. Gracias Isasplace por tus palabras y suerte con todo esto —siento haberte robado a Virginia. Y a ti, Lorena, espero no decepcionarte en este descubrimiento. Un abrazo
ResponderEliminarQue bonita entrada, me ha puesto los pelos de punta conocer tantas "intimidades" sobre su vida y digo tantas porque no conocía nada sobre ella. Y es uno de los motivos por el que me decidí por leer esta entrada entre todas las disponibles en el catálogo de #adoptaUnaAutora.
ResponderEliminarEsta escritora me llama mucho la atención desde que leí la famosa frase que refiere el título de su novela Una habitación propia, que una mujer ha de tener una habitación propia para poder escribir. Me parecía que decía tanto en tan pocas palabras que, enamorada como soy de este tipo de citas, me hizo querer conocer a la autora.
Aquí estoy hoy, enterándome de todo esto, y todos los problemas que tuvo en su vida ya de por si en una época difícil para las mujeres sin meter de por medio depresiones, abusos o bipolaridad. Me ha parecido, a través de tus palabras, ante todo una luchadora y eso creo que le honra muchísimo.
Estaré atenta a más entradas sobre ella y quién sabe si algún día no me lance a leer sus diarios. De momento me pasa como a ti, me da un poco de respeto.
Gracias por la entrada y espero que descubras muchas cosas sobre ella a lo largo de la iniciativa.
Un beso.
Stiby.
¡Holaaaaaa!
ResponderEliminarYo tengo pendiente leer todo, menos Una habitación propia, de Virginia Woolf. Me encantó su análisis de qué necesitaban las mujeres para escribir :) En fin, espero que siguiendo tus entradas encuentre uno o dos libros buenos (:
Nea.