Primera jornada de Lluvias y letras

15/11/16

El viernes empezó la primera jornada de Lluvias y letras y yo decidí ir a las dos charlas que había, ya que tenía tiempo y me interesaba lo que tenían que decir. El único problema es que tuve que salirme quince minutos antes de la primera porque sino no llegaba a la mesa redonda sobre la novela romántica. Para ser el primer año que lo organizan ha empezado bastante bien pero yo aconsejaría dos cosas: que lo siguiente empiece diez minutos más tarde para los que nos tenemos que mover de un lado a otro, y que le den más movimiento en las redes sociales—hola, estvdio, si queréis contratar a alguien estoy disponible. 
 

Cuando llegué, a las seis y cinco, Ruescas y Carbajo estaban fuera firmando libros y haciéndose fotos. Confieso que yo estuve apoyada cerca de la puerta observando el panorama y poniéndome a escribir en una libreta. A saber lo que parecía pero es que no había podido traer libro libro —los que tengo de Ruescas los tenía ya firmado, y el resto los he leído en la biblioteca— así que esperé pacientemente a que terminaran y empezara la charla. 

Empezaron con el quinto vídeo de Javier Ruescas —confesando haber borrado los anteriores— que nos hizo mucha gracia a todos por el pelo que tenía en aquel momento, y a partir de ahí empezaron a hablarnos de los elementos importantes para ser un booktuber: la iluminación —natural, al ser posible—, que no hace falta tener una cámara buenísima —pero que es una buena inversión tener una cámara decente—, que el set es importante —el fondo tiene que tener algo que ver con el contenido de tu canal. 

Foto sacada del twitter del festival Lluvias & Letras
Ruescas, además, comentó que en España lo que se hizo fue una transición del blog al canal, y que es algo que no pasó en México pues los booktubers de allí salieron directamente de youtube, por lo que tenían más ¿libertad? Carbajo y él dicen que lo más importante es la calidad antes que la cantidad de subscriptores —estoy bastante de acuerdo— y que te tiene que apasionar el tema del que hablas porque sino ni vas a seguir con ello ni vas a conectar con la gente que está al otro lado de la pantalla. 

Ruescas también dijo que en sus vídeos corta mucho porque no quiere silencios, a él le gusta la inmediatez, y contó que Andrea Compton —youtuber a la que sigo— le dijo que con él se reía mucho en la vida real pero que con sus vídeos no. La verdad es que yo a veces veo su vídeos y es cierto que noté de repente un cambio tremendo. Carbajo dice que se volvió más hiperactivo. Hablando de influencias, antes este blog no tenía la dirección de uniendolasletras.blogspot.com.es si no que era algo mucho más largo y en inglés. Él me dijo que cuál era mi dirección y cuando se la solté me recomendó poner una más corta porque esa era demasiado larga —no me acordaba ni yo—, así que le hice caso y pasó a ser esta.

Ambos escritores comentaron que se puede vivir de youtube, pero que se tarda muchísimo. Con cada millón de reproducciones te pagan 400€, pero claro ¡no todos llegan a esa cifras! 

La charla continuó pero yo tuve que irme porque no llegaba si no a la siguiente. Estuvo interesante y divertido, y me dio pena no poder quedarme más. Tomé nota en ciertas cosas, pues estoy pensando en hacer ciertas cosas, así que quizás en unos meses veáis algo... ya veremos.


Y a las siete y media empezaba la mesa redonda, que menos mal que tuvo diez minutos de retraso porque llegué, me senté al fondo y traté de respirar porque con mis mini pies me había dado una buena caminata en muy poco tiempo. La charla duró hasta las nueve de la noche y os prometo que se me hizo cortísima. 

En la mesa redonda participaron Anna Casanovas —Herbarium. Las flores de Gideon—, Isabel Keats —Mi tramposa favorita—, Jane Kelder —Gardenias en el lago—, Caroline March —El retrato de Alana— y como moderadora, Elena Bargues —La playa del irlandés. Me reí muchísimo y con la que me sentí identificada en un determinado momento fue Caroline March porque ninguna de las dos escribimos novelas que suceden en España.

Me lo pasé genial en la charla y se me hizo muy amena. Hablaron de los temas que iba proponiendo Bargues y yo parecía loca apuntando cositas, para contároslas aquí. Tengo que decir que una señora mayor me miraba de vez en cuando como diciendo "qué hace la loca esta" porque entre que había llegado corriendo y que estaba inclinada en la silla escribiendo sin parar en mi libreta... Aunque también puede ser porque llevaba un jersey de un color bastante llamativo.

Casanovas, que fue la más lanzada, comentó que ella no podría escribir novela negra —creo recordar que era porque no sería capaz de meterse en la mente de un asesino—, mientras que Keats dijo que ella tocaba varios palos en al romántica como el suspense o la aventura, añadiendo que le da mucha pereza escribir una histórica por la documentación que requiere —a mí también, maja, no veas la pereza que me está dando ponerme con la documentación y las lecturas que necesito para mi siguiente proyecto.

Foto sacada del twitter del festival Lluvias & Letras
Hablaron también de qué novelas eran las que más se vendían ahora y todas coincidieron que esto va por épocas, y es cierto pues antes se vendían muchísimo las de época —bueno, yo confieso que en cuanto a romántica pura son las que más consumo—, mientras que ahora va más la contemporánea. Casanovas añadió que a ella las etiquetas le molestan, que entiende que en las librerías ayuda pero que pueden acabar siendo absurdas, y que ella no piensa nunca en eso para escribir. Ella también habló de cómo le gustan los personajes, y que le gusta que aguanten la novela, teniendo como obsesión que sean convincentes. Kelder coincidió con ella, pero ella añadió que los secundarios también tienen que tener un peso en la novela, además de que todos tengan coherencia histórica.

Cuando le preguntaron a Isabel Keats acerca de los personajes, ella comentó que era bastante económica y que se solía centrar en ellos dos, prefiriendo meter pocos pero que tengan un hilo. Caroline March dijo que "El alma de un personaje es el alma de un libro".

Cuando hablaron de la creación de personajes yo las escuché súper interesada porque siempre me ha dado curiosidad este tema. ¿Cómo se lo imaginan? Yo lo que hago es imaginarme a una persona en mi cabeza, dibujándola en ocasiones, e inventar una historia para ella, haciendo fichas e intentando meterme en su cabeza.

Casanovas empezó —fue un gusto escucharla, estaba súper suelta y no callaba— el tema y comentó que ella parte del personaje, importándole lo de menos el físico pues a no ser que tenga importancia tampoco es que se detenga mucho a describirle, lo que le gusta a ella es que sea vea su forma de ser, cómo actúa. Y dijo algo que hasta lo apunté porque me pareció muy importante para estas novelas y es que "Nadie quiere a nadie porque le ha visto pasar por la calle". Menos mal que los amores a primera vista cada vez suelen ser menos. March también dice que ella tampoco tiene una imagen de ellos porque lo importante es quien son, cómo se comportan, y que no te quedas con la imagen del hombre cuando acabas de leer una novela, si no con las cosas que han hecho. Además, dijo que si necesitas imaginarte a alguien pues piensas que es Velencoso y ya está, solucionado.  Jane fue la última en hablar sobre este tema, añadiendo a todo esto que hay formas de decir que es guapo sin decirlo.

El siguiente tema fue el tabú en este tipo de novelas, lo que no se suele ver. Caroline March contó que le riñeron por escribir sobre una infidelidad, diciéndole que eso en una novela romántica no puede ser. Ana Casanovas dijo que a ella también. En ambos casos las infieles eran mujeres, y eso les han dicho que no puede ser. March añadió, en broma, que la infidelidad es una falta grave.

De ahí fueron al romance y Casanovas dijo que cada personaje tiene una forma de querer, y March que en la romántica está idealizado el amor y que tiene que haber de todo. Casanovas volvió a hablar y comentó que los personajes se tienen que equivocar, algo que no suele gustar a los lectores, porque si no acabarían siendo Ken y Barbie. Kelder terminó el tema diciendo que las editoriales exigen un amor incondicional, y que el único amor incondicional es el de tu madre, no estando ninguna de acuerdo con esa exigencia —con lo que exigen, a mí las editoriales no me publican en la vida.

Dejando todo esto atrás, y tras hablar con las que estábamos escuchando —yo alzaba la mano pero me arrepentía, así que la volvía a bajar—, hablaron de la localización. Isabel Keats habló de que le gustaba mezclar sitios y ver qué pasaba, haciéndoles viajar a sus personajes, entreteniéndoles. Kelder habló de que el costumbrismo inglés le gusta más porque tiene más ironía y el humor es mucho más picante, y que escribir en lugares españoles le cuesta más.

Por último hablaron de cómo se les ocurrió escribir, un tema que siempre da bastante curiosidad a los lectores. ¿Cómo empieza alguien a escribir? ¿Por qué? ¿Qué es lo que hace que decida ponerse delante de un ordenador durante muchísimas horas para contar una historia?

Casanovas de pequeña ya quería escribir, aunque estudió derecho y traducción porque pensaba que no se podía ser escritor; March tenía mucho tiempo cuando nació su hijo y escribió una historia que tenía en la cabeza —confiesa ser horrible para los títulos, cambiándoselos todos la editorial—; Jane leía mucho y empezó a escribir, le dio una de sus novelas a un amigo suyo y le dijo que se pasara a la filología porque su sintaxis era horrible  e Isabel Keats empezó a escribir cuando se apuntó, al ser sus hijas ya más mayores, a un curso de escritura creativa, quedó finalista en un concurso de harlequín y decidió seguir escribiendo.

Y bueno, de esto fue la charla de romántica. A mí me encantó escucharlas, fue muy divertido y las cinco son personas encantadoras. El público las interrumpía de vez en cuando —una chica dijo que ella hacía una cruz a las escritoras que escriben una historia romántica y acaba mal, algo que me hizo mirar hacia otro lado porque bueno, a mí me tacharía— y ellas contestaron a todas las dudas e incluso conversaron con el público como si se tratara de una charla en una cafetería, algo que me encantó.

Y esta fue la primera jornada. Empezaron muy bien y espero que el año que viene empiecen tan bien, e incluso mejor. Mañana os hablaré del encuentro con Francesc Miralles.

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